En esta ocasión vamos a hablar del cultivo del olivo. Se trata de una plantación con múltiples aportes sociales y económicos, así como beneficios saludables y nutricionales. Además, ayuda a mantener el medio ambiente y luchar contra el cambio climático. Su fruto se llama oliva y puede destinarse para la producción de la aceituna de mesa o para aceite.

La oliva es un alimento muy nutritivo y saludable. Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), contiene un alto contenido en grasas monoinsaturadas, consideradas las grasas necesarias que el organismo necesita. El principal elemento graso de la aceituna es el ácido oleico, que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares al reducir el colesterol LDL (malo) y aumentar el HDL (bueno). También contiene fibra, sodio, calcio y vitaminas A y E.

Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) para el pasado año 2.019, el olivar español ocupa una superficie de 2,7 millones de hectáreas (el 16,1% de la superficie total de cultivo). El 95% corresponden a variedades de aceituna para almazara (2.584.564 ha) y el 5% restante a variedades de mesa (144.904 ha). En cuanto a producción, España sigue siendo la primera potencia mundial productora de aceite de oliva. Según previsiones del MAPA, se estima que en la campaña 2019/2020 se alcancen los 1,2 millones de toneladas. En cuanto a la aceituna de mesa, se prevén unas 487.000 toneladas.

¿Sabías qué el olivar español ocupa una superficie de 2,7 millones de hectáreas, y es considerado como el mayor ecosistema creado por el hombre?

Su mapa varietal en muy amplio, en España se conocen más de 400 variedades de olivo. En este caso, las vamos a clasificar según el destino de producción.

1. Para producción de aceite de oliva: las más destacadas son la Picual, Picudo, Hojiblanca, Verdial, Aberquina, Empeltre, Cornicabra y Lechín.

2. Para producción de aceituna de mesa: destacan Manzanillo, Gordal, Morona o Dulzal y Cornezuelo.

Programación del riego en el cultivo del olivo

A la hora de la programación del riego en el cultivo del olivo, hay que tener en cuenta una serie de requerimientos edafoclimáticos que se detallan a continuación:

El olivo está especialmente adaptado al secano. Soporta altas temperaturas en verano, hasta los 40ºC, si tiene humedad suficiente en el suelo, y hasta los -10ºC en pleno reposo invernal. Tolera las heladas, salvo que las temperaturas sean menores de -10ºC y con excepción de las variedades muy tempranas, cuyo fruto puede verse muy dañado por las bajas temperaturas.

La inducción floral se produce en el periodo de reposo estival. Al final del invierno o comienzos de primavera, se inicia la diferenciación de las yemas. Con temperaturas primaverales de 10-12ºC se inicia el desarrollo vegetativo, las inflorescencias, y la floración se produce entre 15 y 18ºC. Cuando las temperaturas en verano llegan a 35-38ºC tiene lugar una parada vegetativa.

El olivo tolera bien suelos salinos y niveles elevados de caliza, prefiriendo suelos arenosos, profundos y con drenaje.

En cuanto a las exigencias edáficas, el olivo es una planta muy rústica que se extiende por todo tipo de suelos, incluidos terrenos de escasa fertilidad, aunque prefiere suelos arenosos, profundos y con drenaje ya que es muy sensible al encharcamiento prolongado. Soporta bien la salinidad y niveles elevados de caliza, siendo frecuente su cultivo sobre suelos calcáreos del área mediterránea.

Referente al sistema de cultivo empleado, aspecto importante a la hora de la planificación del riego, tradicionalmente, el olivar ha sido un cultivo de secano. En la actualidad, gracias al avance en las técnicas de riego, se ha pasado a sistemas de cultivo intensivos y superintensivos, donde hay que determinar el riego de forma individualizada.

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Necesidades hídricas del cultivo del olivo. ¿Cuántos litros de agua necesita un olivo por goteo?

La metodología propuesta por la FAO para calcular la necesidad de agua del olivo es la diferencia entre la evapotranspiración máxima del cultivo (ETc) y la precipitación efectiva (Pe). El concepto evapotranspiración se refiere a las cantidades de agua que se pierden por evaporación y la transpiración del cultivo. Se recomienda regar en los periodos en los que ETc es mayor que Pe.

Las necesidades de agua del olivo son importantes en la primavera, durante el periodo de prefloración, y en septiembre y octubre. Entre la maduración de los frutos y el desarrollo del hueso de la aceituna, es decir, de mediados de julio a mediados de agosto, deben reducirse las aportaciones de agua al olivo para evitar que las aceitunas tengan huesos grandes.

En resumen, las aportaciones de agua deben programarse según la cantidad de lluvia que cae, la temperatura del aire, la radiación solar, la capacidad de retención del suelo y los periodos críticos del olivo en cuanto a necesidades de agua.

¿Sabías que el sistema de riego por goteo es el más adecuado para el cultivo de olivo?

Y es el más extendido y el que mejor se adapta. Cada gota que sale del emisor se absorbe inmediatamente en el suelo, formando un bulbo húmedo del cual las raíces absorben agua para su desarrollo. La solución ideal sería 4 emisores del tipo caudal constante, ya sean autocompensantes o turbulentos, en función de la orografía del terreno (para cualquier presión entre 1 y 3 bar) por olivo maduro, con caudales que varían entre 1 y 4 litros/hora.

El riego por goteo en el cultivo del olivar presenta grandes ventajas:

1. No presenta pérdidas de agua por evaporación y escorrentía, lo que sí ocurre con goteros superficiales. Puede ahorrar hasta un 30% de agua.

2. Al estar los goteros próximos al área de las raíces, el agua se toma inmediatamente, lo que le hace más efectivo a dosis pequeñas de agua.

3. Disminuyen los daños por erosión en suelos con pendiente, y se logra una buena homogeneidad en la aplicación del agua a los árboles.

4. Los goteros siempre están en el mismo sitio y además no estorban en las labores.

5. Otra ventaja importante del riego por goteo, es que permite la aplicación de los fertilizantes diluidos en el agua de riego, práctica que se conoce como fertirrigación.

6. Al no mojar la superficie, disminuye el crecimiento de malas hierbas.

7. Permite la utilización de aguas más salinas, pues evita la formación de la costra superficial formada por acumulación de sodio.

8. El sistema de riego por goteo evita la aparición de hongos.

El uso de riego por goteo es un sistema cada vez más demandado en la sociedad, ya que ésta reclama una gestión más eficiente de los recursos naturales. El agua juega un papel especialmente sensible, sobre todo en España, un país caracterizado por su clima árido y donde la agricultura consume el 75% de agua.

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